Estres laboral: el impacto psicológico del crecimiento rápido
Cuando tomamos las riendas de una pyme en crecimiento, es fundamental reconocer tanto los logros como los desafíos a los que nos enfrentamos a diario. Este crecimiento alcanzado es el reflejo de diversos hitos significativos, que son el resultado de nuestros esfuerzos (aumento de clientes, mayor demanda de trabajo, más incorporación de personas, etc.).
Sin embargo, también debemos considerar los desafíos menos visibles que surgen en este proceso, especialmente los relacionados con el bienestar de nuestros empleados. Es ahí cuando tenemos que hablar del estres laboral y sus consecuencias para las personas.
Sin embargo, existe un lado b del crecimiento, que podría traducirse en 3 señales significativas:
- ¿Has notado que tus colaboradores trabajan fuera de hora?
- ¿No llegan a cumplir con los objetivos establecidos por tu organización?
- ¿Últimamente tus empleados piden licencias médicas reiteradas?
Si notas algunas de estas señales, es posible que estén experimentando estrés laboral.
Pero el estrés laboral no solo es provocado por una sobrecarga de trabajo vinculada al aumento del volumen de leads, cotizaciones, ventas y operaciones. Existen otros factores que pueden impactar negativamente en el personal, como las constantes pruebas y cambios en los procesos de trabajo, la reorganización del equipo y las fallas que presentan los procesos como consecuencia de un crecimiento lógico de la estructura organizacional.
En este artículo exploraremos en profundidad las principales señales que provocan la sensación de estrés laboral entre los colaboradores, como así también estrategias efectivas que permitirán a tu equipo a surfear esta ola de crecimiento y estrés colectivo.
El estrés laboral: ¿un síntoma negativo?
Un incremento del volumen de trabajo puede ser muy positivo para el futuro de nuevos negocios, pero también puede provocar una presión excesiva en los responsables de llevar adelante dichos negocios, cuando la demanda de trabajo supera las posibilidades y capacidades de las personas involucradas.
Pero, ¿qué tanto de cierto y qué tanto de mito hay en la manifestación del estrés laboral. ¿Es necesariamente un síntoma negativo padecerlo o hay excepciones a la regla donde una cuota mínima de estrés es incluso estimulante para no dormirse en los laureles y aspirar siempre a objetivos más retadores? Analicemos en primer lugar qué entendemos por estrés laboral, la relación con el engagement en el equipo, sus causas y su incidencia en la productividad de tu empresa.
Relación entre estrés y engagement en el equipo
El estrés laboral puede considerarse como algo malo en dosis excesivas, pero en niveles reducidos o controlados, puede convertirse en una experi|encia desafiante y resiliente para la persona. Cuando esto sucede, entra en juego lo que se conoce como engagement.
Este concepto tiene que ver con la descripción de un estado emocional muy particular caracterizado por un gran vigor y energía al momento de desempeñar una actividad que claramente es del agrado de la persona, porque de alguna manera la desafía intelectualmente a superarse. En otras palabras, el engagement relacionado al estrés es vivir una suerte de adrenalina positiva ante los desafíos personales que impulsan el crecimiento.
La persona que lo experimenta se encuentra en un estado emocional positivo y tiene la percepción de que el tiempo pasa demasiado rápido cuando está realizando su trabajo y le cuesta salir de su “trance” laboral para retomar el mundo real. Si el engagement en el trabajo es alto, la persona va a demostrar un mayor grado de compromiso con la empresa. Esto significa que el empleado está feliz en su trabajo, porque este responde a sus necesidades y contribuye al logro de sus objetivos profesionales.
En consecuencia, a mayor compromiso, mayor será la tolerancia al estrés laboral. Con esto queremos aclarar que aunque sea una mínima cuota de estrés siempre está presente en la vida de las personas, pero el entorno en el que estamos trabajando, las condiciones de contratación que ofrezcamos van a influir significativamente en generar engagement o estrés laboral en los colaboradores.
Un ejemplo de esto es una persona que trabaja a tiempo parcial o de manera freelance, que suele tener un menor compromiso que una persona a tiempo completo o con trabajo permanente. Incluso, dentro de la categoría de personas que trabajan bajo la modalidad permanente suelen tener distintos compromisos de acuerdo con su puesto o seniority. No es lo mismo un compromiso de alguien jr que alguien que ascendimos a senior.
De esta manera, un ambiente de trabajo saludable, una remuneración justa por el trabajo realizado, tareas desafiantes que aporten valor e impacten en los objetivos de tu empresa, posibilidades de promoción y vacaciones van a aumentar el nivel de engagement de un empleado, lo que va a incrementar proporcionalmente el compromiso hacia la organización.
Causas cotidianas del estrés laboral
El estrés laboral puede manifestarse por diversas causas, desde una sensación de urgencia permanente hasta una mala gestión del tiempo. Pero existen más causas asociadas. A continuación, enumeramos las más frecuentes.
Sensación de urgencia constante
Una de las principales causas del estrés laboral es sin duda la sensación de que todo debe realizarse en tiempo récord y sin pausa. La falta de priorización adecuada de las tareas y actividades impide filtrar ciertos esfuerzos que quizá no son urgentes. Esto no quiere decir que no sean importantes o deseables de lograr, pero no son determinantes en el corto plazo para el éxito de tu negocio.
Calendario explotado (estoy por entrar a una call)
Hay que tener cuidado con el abuso de las reuniones porque, si estas no aportan un valor verdadero a la organización, podrían restar tiempo valioso a las personas. Cada reunión conlleva un tiempo de preparación mental para afrontarla lo mejor posible, y lógicamente admite cierto nivel de estrés por las situaciones que allí podrían generarse. Tener el control de cada detalle es lo ideal pero rara vez sucede, por eso también en este punto hay que aprender el hábito de la priorización.
Parte de esta priorización es preguntarse si realmente vale la pena llenar nuestro calendario de reuniones o algunas cuestiones pueden discutirse por otros canales (correo electrónico, WhatsApp, llamada telefónica, etc.) de manera más rápida y sencilla.
Mucho tiempo para resolver problemas, poco tiempo para pensar
A veces, las personas le dan demasiadas vueltas al asunto sin llegar a resolver nada en concreto. Esto también deviene de una priorización deficiente, ya que hay cuestiones que requieren cierto nivel de urgencia y otras que pueden esperar o necesitan madurarse hasta tomar una decisión acertada.
Generalmente, esto ocurre porque nos cuesta tener una perspectiva a largo plazo de ciertos objetivos. Si bien en el día a día, los problemas deben resolverse rápidamente, sobre todo si estos son urgentes, debes tener claro que habrá circunstancias futuras que se resolverán en la medida en que se vayan resolviendo los problemas del aquí y ahora. Hacer esto facilitará enormemente la toma de decisiones a largo plazo.
Mala gestión del tiempo
Este es quizá el mayor de todos los males a los que se enfrenta la persona con estrés laboral. Una mala gestión del tiempo es, en todos los casos, frustrante y agotador porque vivimos sintiendo que el tiempo se escapa como agua entre los dedos. ¿Notas que tus empleados trabajan más horas de lo normal para cumplir con sus objetivos?
Si es así, es posible que haya que administrar el tiempo de ejecución de flujos de trabajo de otra manera más acorde a la realidad de las personas involucradas y elevar los objetivos de forma incremental, conforme las personas logran adaptar la carga de trabajo al tiempo establecido para tal fin.
Estrés y productividad
El estrés laboral tiene una importante incidencia en la productividad. A mayor estrés, menor productividad, mientras que a menor estrés, mayor se incrementan los niveles de productividad. Esta regla obedece a lo que el trabajo representa para las personas que trabajan en tu empresa. Si se sienten valoradas por su esfuerzo, el engagement será mayor que su estrés y aumentará su compromiso, lo que impactará directamente en la productividad de manera positiva.
Consecuencias de una estructura estresada
El estrés no solo afecta a los empleados sino que es una condición que se extiende a toda la estructura de la organización generando diversas consecuencias. Veamos a continuación, las más relevantes.
La relación esfuerzo - remuneración cae
Cuando el estrés laboral se dispara a niveles organizacionales, se desequilibra el balance entre esfuerzo y remuneración, porque las personas sienten que su esfuerzo no es recompensado como debería con un salario acorde. Una remuneración por debajo de los objetivos del puesto genera otras consecuencias secundarias (pero no menos importantes) como desmotivación, procrastinación, ausentismo, apatía, síndrome de burnout, renuncia silenciosa y finalmente rotación de personal.
Si tus colaboradores perciben que no ganan lo suficiente, es posible que su engagement decaiga y, por lo tanto, eventualmente su esfuerzo disminuya significativamente, bajando el rendimiento operativo.
Distorsión entre la vida personal y laboral
Si las personas han alcanzado un elevado nivel de estrés laboral, porque el tiempo no les alcanza para cumplir con todos los objetivos y responsabilidades laborales, y si los cumplen tienen que sacrificar gran parte de su tiempo libre, es posible que la división entre la vida personal y laboral se diluya. ¿De repente un empleado te ha confesado que estuvo trabajando el fin de semana para terminar unos pendientes? ¿La familia le reclama que casi no pasa tiempo con ella?
Es importante identificar estas señales desde el principio para darles solución antes de que sea demasiado tarde y las personas, al no poder encontrar un balance entre el trabajo y su vida personal, terminen enfermándose o renunciando.
Caída en la productividad y el compromiso
Finalmente, la caída de la productividad y el compromiso es otra de las consecuencias del estrés laboral. Cuando los empleados se sienten muy estresados o saturados de trabajo, no suelen manejar emocionalmente estos estados y bajan la productividad. A esto hay que agregar la falta de estrategias claras de los directivos para resolver estos problemas y hacer más llevadero el día a día.
Las personas atravesadas por un alto estrés tienen minado el compromiso hacia la organización, y muy probablemente no sean productivas. En otras palabras, estos empleados padecen una lucha constante en su interior que, por un lado los impulsa a huir de la situación que los mortifica, pero por el otro, tienen la presión del exterior por cumplir con los objetivos.
Estrategias para gestionar el estrés laboral
A pesar de que el camino parece estar lleno de obstáculos cuando hay estrés laboral, revertir esta situación es posible. Solo es necesario implementar las estrategias adecuadas para gestionar el estrés laboral y garantizar a tus colaboradores una mejor calidad de vida en el trabajo.
Revisa tu política de contratación
Una de las acciones principales que debes tener en cuenta, como primera medida, para reducir el estrés laboral es realizar una revisión de tu política de contratación. Si vas a contratar gente para ocupar un puesto, asegúrate de que queden bien definidas las funciones del rol a desempeñar, los objetivos a cumplir y lo que obtendrá por aceptar el contrato de trabajo, es decir, el salario, actualizaciones salariales, bonos, periodo de vacaciones, capacitaciones, posibilidades de promoción, etc.
Independientemente de la remuneración, las personas tienden a manifestar un mayor compromiso con la empresa cuando las políticas de contratación incluyen condiciones de trabajo beneficiosas y que de alguna manera enriquezcan su carrera profesional. De esta forma, además de mejorar su situación económica con un trabajo que pague salarios justos, los trabajadores podrán crecer junto con la empresa y no sentir que la empresa crece a costa de ellos.
Diseño coherente de los procesos
El lado b del estrés laboral que habíamos apuntado en la introducción es precisamente agregar a la parte humana una estructura eficiente de procesos. Como la falta de procesos estandarizados es también uno de los motivos de que los empleados vivan estresados porque pierden demasiado tiempo con tareas repetitivas, tienen que apelar mucho a la memorización y trabajo manual, y por si esto fuera poco, no hay control del avance de lo que hacen ni del tiempo que les insume para implementar una mejora del proceso.
Al realizar un diseño de procesos coherente con el tamaño y necesidades de tu negocio, las personas a tu cargo sabrán exactamente lo que tienen que hacer y en el tiempo en que lo tienen que hacer. Y si por alguna razón no pueden cumplir con el plazo establecido, tener la posibilidad de levantar la mano para solicitar ayuda, feedback o insight que les permitirá superar el desafío y crecer en conocimientos para estar mejor preparados cada vez que se enfrenten a una situación similar.
Asimismo, incluir indicadores al proceso te permitirá identificar fallas para corregirlas a tiempo e identificar puntos de mejora. Ten en cuenta que todo proceso es perfectible.
Alternativas para aumentar el compromiso
Finalmente, y antes de concluir, sugerimos algunas alternativas que puedes aplicar en tu empresa para aumentar el compromiso.
Implementar jornadas de trabajo híbrido
Especialmente desde la pandemia, el trabajo remoto ha cobrado bastante relevancia y se ha convertido en una modalidad muy práctica para las empresas, pero además una de las condiciones laborales que más valoran las personas a la hora de buscar un nuevo trabajo. Trabajar desde la comodidad de la casa y rodeado de la familia tiene sus beneficios, como ahorrar dinero en transporte y tiempo en desplazamientos.
Puesto que el trabajo remoto suele generar muchas veces aislamiento y falta de comunicación, la modalidad híbrida es la alternativa más equilibrada entre la presencialidad con el equipo y la autonomía del home office.
Incorporar horarios flexibles o no lineales
Otra característica que valoran las personas en una oferta laboral es el tema de los horarios. En la actualidad, marcar tarjeta es casi arcaico cuando en cada vez más empresas se trabaja por objetivos y no por horas. Esta libertad permite a la gente elegir el momento del día en que son más productivos para cumplir con sus actividades y brindar un trabajo de mejor calidad, realizado desde la motivación.
Mientras los objetivos se cumplan, tu colaborador puede gestionar el tiempo de la manera que más le resulte beneficioso y se alinee al logro de mejores resultados.
Cambiar cada cierto tiempo el tipo de tareas a ejecutar
La mayoría de las personas sabemos por experiencia que es aburrido hacer siempre lo mismo. Tanta predecibilidad en un proceso con las mismas tareas cada día reduce las expectativas de quienes trabajan para alcanzar esos objetivos, porque deja de ser desafiante y no aporta nuevos conocimientos a largo plazo. A la vez, sentir que no avanzan en su vida profesional por falta de metas es una pérdida de tiempo para esas personas que tienen ambición de crecimiento.
En su lugar, intenta rotar las tareas de tus empleados cuando notes que su manera de trabajar es casi automática, se ven aburridos y la calidad del trabajo revela más una obligación de cumplir, que un producto que deleita por la pasión demostrada en el proceso de ejecución.
Capacitar en otras áreas para asegurar la promoción de carrera
Por último, una estrategia que nunca falla dentro de las políticas de contratación es asegurar una capacitación y formación constante de nuevas habilidades (habilidades duras y blandas), a fin de fomentar la oportunidad de escalar dentro de tu empresa. Una adecuada capacitación va a generar colaboradores mejor preparados y calificados, así como brindarte la posibilidad de obtener futuros líderes que ya estén familiarizados con el funcionamiento y objetivos de tu negocio, lo que asegura un crecimiento empresarial sin altibajos.
Un poquito de adrenalina está bien durante el proceso de crecimiento
Como habrás notado, a lo largo de este artículo, el estrés laboral es perjudicial tanto para las personas que trabajan como para la empresa en su conjunto, ya que genera baja de los niveles de productividad y compromiso, desbalance entre la vida personal y laboral y una cultura empresarial ausente. Los factores que la ocasionan son diversos: sensación de urgencia permanente, mala gestión del tiempo, problemas en la resolución de problemas, reuniones innecesarias, entre otros.
¿Qué hacer para solucionarlos? Asegurar buenas condiciones de contratación, brindar flexibilidad, capacitación y, muy importante, diseñar procesos eficientes para facilitar el trabajo y la rutina de tus empleados. De esta manera, no solo el estrés disminuirá a niveles razonables favoreciendo el engagement, sino también que estarán más comprometidos con los objetivos de tu organización y las personas cuando están comprometidas de verdad con algo son imparables.
Si has identificado alguno o varios de estos síntomas de estrés laboral en tus colaboradores, quizá es momento de entrar en acción. En este proceso, Crentio puede ayudarte. Agenda una reunión con nosotros.